Una buena parte de las reformas menores que se llevan a cabo en las distintas localidades españolas se acaban pagando en dinero negro. Este hecho, que podríamos considerar se ha convertido en casi una tradición en el país, se debe esencialmente al hecho de que a los clientes no les gusta la idea de pagar un dinero en concepto de IVA que saben que se pueden ahorrar, y a que los reparadores les interesa optar por esta vía para poder ofrecer un precio más competitivo y captar de esta manera a sus posibles clientes.
Esta situación se ha hecho patente en Lorca a la hora de reparar las viviendas que sufrieron pequeños daños a raíz del terremoto que se dio en la ciudad hace unos meses. En opinión del presidente de la Cámara Oficial de Comercio de Lorca, Eusebio Abellán, el 90% de las personas que trabajan en la reparación de estas casas no tienen licencia para poder hacer este trabajo. Además, se ha detectado un grado elevado de economía sumergida, que en buena parte está originada por empresarios extranjeros ilegales. Por lo tanto, las empresas locales de reformas se encuentran en una situación de desigualdad en relación a ellos.
El presidente de la Cámara de Comercio de Lorca ha hecho un llamamiento a los propietarios que tienen contratados reparadores para sus viviendas a que no contribuyan a fomentar la economía sumergida. De hecho, desde la Delegación del Gobierno se ha anunciado que la inspección de trabajo se dedicará a controlar tanto los trabajadores ilegales, como los que sobran en negro.
Un dato significativo de lo que representa que la mayoría de trabajos de reparaciones se hagan en negro es que se calcula que en Lorca hay unas 3.000 personas trabajando en la reconstrucción pero el paro solo ha bajado en 400 personas.
Curiosamente, sorprende el dato de que las reconstrucciones completas de edificios demolidos aun no se han iniciado porque hasta el momento las empresas de la ciudad se limitan a hacer pequeños trabajos y la mayor parte del trabajo se lo llevan empresas de fuera.
Foto: Intemad Construcciones